domingo, 8 de junio de 2014

Los sedujo la forma fácil de duplicar su dinero en la web



Quienes entraron a vender publicidad por internet dicen que el nombre de Publi-fast era ya popular desde fines del año pasado en el país. Las historias reales de familiares, amigos, colegas, profesores y alumnos que invertían $ 500 y recibían al final $ 2.500 de ganancia convencía a otros de ingresar de inmediato a este negocio.
También los atraían ventajas como trabajar desde la casa promocionando por menos de una hora publicidades en redes sociales como Facebook.
Por ello, miles de personas habrían invertido sus sueldos, ahorros o préstamos en Publi-fast, como la mayoría conocía a este negocio. Pero el pasado miércoles, según denuncian, se enteraron de que sus dueños no aparecían y que nadie respondía por el dinero invertido.
“Utilicé parte de las utilidades que me dio mi papá para esto. Pensé en ahorrar así para pagar mi carrera (Enfermería). No puedo trabajar porque estudio de 07:00 a 11:00”, contó Karen Cedeño, de 19 años.
Ella esperaba ayer su turno en la Fiscalía del Guayas, en Víctor Manuel Rendón y Córdova, en el centro de Guayaquil, para denunciar la supuesta estafa. Allí llegaron cientos de personas que decían ser perjudicadas de otros cantones del Guayas y de provincias como Cotopaxi, Morona Santiago, Pastaza. “En Macas somos como unos 1.000 perjudicados. Yo puse dinero de mi jubilación, $2.000 para abrir cuatro cuentas y ahora pasa esto, no cobré nada de mi dinero”, relató Pastora Ríos, de 74 años, quien dijo que tenía una maestría en Educación. Agregó que el pastor y los feligreses de su iglesia cristiana creyeron en lo mismo.
Quienes ayer reclamaban supuestos perjuicios contaron que creyeron en la aparente legalidad del negocio porque los obligaban a sacar un RUC (Registro Único del Contribuyente) y un facturero para cobrar. Adicional a esto, contaron que quienes fungían como dueños les enseñaron supuestos papeles del Servicio de Rentas Internas (SRI), números de cuentas bancarias y documentos.
Una perjudicada tenía un boleto con la firma Publi-fast que le hicieron comprar para un concierto el mes pasado. Ahí constaba un nombre que la web de la Superintendencia de Compañías registra como empresa creada el 19 de noviembre del 2013 con capital suscrito de $ 800, y razón social para la producción de películas para cine, TV, radiodifusión y otros.
En una entrevista televisada, de mayo pasado, el dueño de Publi-fast (L.C.) dijo que tenía más de 100.000 afiliados en menos de un año, y que habían llegado a España y Perú.
Perjudicados aseguraron que llamaron al propietario de Publi-fast, quien no les contestaba el celular. En el estado de WhatsApp solo les aparece “Mi intension es ayudar miles de familias y generar empleo para mucha gente pero las personas no colaboraron con mi intension. Dios los bendi”. (sic)
Ayer solo en Guayaquil, más de 500 afectados denunciaron el hecho en la Fiscalía. En otras ciudades, como Machala, la Policía allanó locales donde funcionaba Publi-fast.
Dejé mi trabajo también para meterme en esto. Creí que era serio porque estaba un presentador de TV, que decía era seguro. Metí a mi familia y amigas”.
Jénifer Salas
24 años, afectada.

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