Quienes
entraron a vender publicidad por internet dicen que el nombre de
Publi-fast era ya popular desde fines del año pasado en el país. Las
historias reales de familiares, amigos, colegas, profesores y alumnos
que invertían $ 500 y recibían al final $ 2.500 de ganancia convencía a
otros de ingresar de inmediato a este negocio.
También los atraían ventajas como trabajar desde la casa
promocionando por menos de una hora publicidades en redes sociales como
Facebook.
Por ello, miles de personas habrían invertido sus sueldos, ahorros o
préstamos en Publi-fast, como la mayoría conocía a este negocio. Pero el
pasado miércoles, según denuncian, se enteraron de que sus dueños no
aparecían y que nadie respondía por el dinero invertido.
“Utilicé parte de las utilidades que me dio mi papá para esto. Pensé
en ahorrar así para pagar mi carrera (Enfermería). No puedo trabajar
porque estudio de 07:00 a 11:00”, contó Karen Cedeño, de 19 años.
Ella esperaba ayer su turno en la Fiscalía del Guayas, en Víctor
Manuel Rendón y Córdova, en el centro de Guayaquil, para denunciar la
supuesta estafa. Allí llegaron cientos de personas que decían ser
perjudicadas de otros cantones del Guayas y de provincias como Cotopaxi,
Morona Santiago, Pastaza. “En Macas somos como unos 1.000 perjudicados.
Yo puse dinero de mi jubilación, $2.000 para abrir cuatro cuentas y
ahora pasa esto, no cobré nada de mi dinero”, relató Pastora Ríos, de 74
años, quien dijo que tenía una maestría en Educación. Agregó que el
pastor y los feligreses de su iglesia cristiana creyeron en lo mismo.
Quienes ayer reclamaban supuestos perjuicios contaron que creyeron en
la aparente legalidad del negocio porque los obligaban a sacar un RUC
(Registro Único del Contribuyente) y un facturero para cobrar. Adicional
a esto, contaron que quienes fungían como dueños les enseñaron
supuestos papeles del Servicio de Rentas Internas (SRI), números de
cuentas bancarias y documentos.
Una perjudicada tenía un boleto con la firma Publi-fast que le
hicieron comprar para un concierto el mes pasado. Ahí constaba un nombre
que la web de la Superintendencia de Compañías registra como empresa
creada el 19 de noviembre del 2013 con capital suscrito de $ 800, y
razón social para la producción de películas para cine, TV,
radiodifusión y otros.
En una entrevista televisada, de mayo pasado, el dueño de Publi-fast
(L.C.) dijo que tenía más de 100.000 afiliados en menos de un año, y que
habían llegado a España y Perú.
Perjudicados aseguraron que llamaron al propietario de Publi-fast,
quien no les contestaba el celular. En el estado de WhatsApp solo les
aparece “Mi intension es ayudar miles de familias y generar empleo para
mucha gente pero las personas no colaboraron con mi intension. Dios los
bendi”. (sic)
Ayer solo en Guayaquil, más de 500 afectados denunciaron el hecho en
la Fiscalía. En otras ciudades, como Machala, la Policía allanó locales
donde funcionaba Publi-fast.
Dejé mi trabajo también para meterme en esto. Creí que era serio porque estaba un presentador de TV, que decía era seguro. Metí a mi familia y amigas”.
Jénifer Salas
24 años, afectada.
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